
Hace tanto que no soy tú que ya no te recuerdo, barco a la deriva que surcaba el desierto de otros bajo el sol que mas te abrasaba, sin viento a tu favor todo eran remos en tus manos, y la corriente siempre ahogándote.
Que fácil era despertar sabiendo tu rutina, sin lucha ni progreso sin descanso ni fracaso. Y todo era tan poco que poco te llenaba, y en tu vacío cabría menos aún. Dulce muñeco de trapo que descosido cantaba empapado de alcohol en la calle de otros, qué surcaba tu sonrisa sino el deleite de un segundo más en compañía de lobos, qué limpiaba tus huesos sino las mentiras que te alimentaban.
Que vil compañía es la letra que no esta muerta, que rebosa de vida endulzándote los oídos, que fácil es encontrarse sin haberse perdido aun, que mentira es la soledad.
No hay nada que ver, que la luz solo es oscuridad blanca y te emponzoña los sentidos tanta bisutería fina.
No recuerdo la última vez que fui tú… por que hoy nunca lo fui y seguro que mañana tampoco, quizás ayer te conocí, pero hoy te niego el saludo.
No conocerás las palabras hasta que ellas te hablen sin leerlas, ni te someterás a consejo alguno hasta que el error sea inevitable, ¿por qué todo lo absurdo tiene tanta lógica para los que no recuerdan lo absurda que era su lógica?
No, no recuerdo la última vez que fui tú… y con mi olvido tengo todo lo que nunca fui.
Ahora, solo recuerdo quien soy yo.
Emponzoña????? ya echaba de menos lo de "la letra está muerta" ;p
ahora fuera coñas, hace tiempo que no leo algo así tuyo...