Me duele la cabeza, buen síntoma para escribir, cuando me duele algo se me da mejor ponerme delante del teclado. Pero cada vez que me da por escribir algo en este blog me pasa lo mismo, cualquier cosa que escriba me resulta estúpida, por que un estúpido no puede aspirar más que a escribir estupideces.
Estoy pensando en crear un nuevo blog, y hacerlo solo con el propósito de ser leído, seguramente tendría mas visitas y comentarios. Un blog de fotografía, de películas, de anime, no se… de poesía cursi o de pensamientos egocéntricos. Seguramente me iría mejor. Pero me cuesta desprenderme de las malas costumbres, es como fumar, sabes que es malo, que hace daño, que te perjudica, pero aun así el placer del mero vicio supera cualquier intento de cambio. Eso de “puedo dejarlo cuando quiera” empieza a resultar tan estúpido para mí como para todo los fumadores y no fumadores, seamos sinceros, somos unos drogadictos. Pero es que hay gente que somos así, vivimos en caída libre sin querer abrir el paracaídas hasta el ultimo momento, aun sabiendo que puede fallar la anilla.
Vaya, por que derroteros va caminado este texto, y yo que pensaba hablar de otras cosas, pero al final el texto toma vida propia, se revela contra el intelecto y la intención y habla por si mismo. Por eso me gusta escribir, por que normalmente no pienso lo que escribo cuando siento la necesidad de ello, me posee esa escritura automática que hacen que mis dedos bailen sin sentido en mi teclado contándome con su danza algo que no he pensado despierto. Al final de nuevo el blog se queda para mí, describiéndome otra pequeña pieza del puzzle con el que voy formando el conocimiento sobre mi mismo.
Y de paso, te enseña sin pudor a tí, otro trozo de mí.
Voy a tomarme un nolotil, a ver si me quita el dolor de cabeza y de paso… las tonterías.
Estoy pensando en crear un nuevo blog, y hacerlo solo con el propósito de ser leído, seguramente tendría mas visitas y comentarios. Un blog de fotografía, de películas, de anime, no se… de poesía cursi o de pensamientos egocéntricos. Seguramente me iría mejor. Pero me cuesta desprenderme de las malas costumbres, es como fumar, sabes que es malo, que hace daño, que te perjudica, pero aun así el placer del mero vicio supera cualquier intento de cambio. Eso de “puedo dejarlo cuando quiera” empieza a resultar tan estúpido para mí como para todo los fumadores y no fumadores, seamos sinceros, somos unos drogadictos. Pero es que hay gente que somos así, vivimos en caída libre sin querer abrir el paracaídas hasta el ultimo momento, aun sabiendo que puede fallar la anilla.
Vaya, por que derroteros va caminado este texto, y yo que pensaba hablar de otras cosas, pero al final el texto toma vida propia, se revela contra el intelecto y la intención y habla por si mismo. Por eso me gusta escribir, por que normalmente no pienso lo que escribo cuando siento la necesidad de ello, me posee esa escritura automática que hacen que mis dedos bailen sin sentido en mi teclado contándome con su danza algo que no he pensado despierto. Al final de nuevo el blog se queda para mí, describiéndome otra pequeña pieza del puzzle con el que voy formando el conocimiento sobre mi mismo.
Y de paso, te enseña sin pudor a tí, otro trozo de mí.
Voy a tomarme un nolotil, a ver si me quita el dolor de cabeza y de paso… las tonterías.
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