yo y mis circunstancias

Recuerdo cuando era joven... hace mucho de eso. Cuando aun pensaba que yo era diferente, que mi destino había sido trazado de antemano. Que yo sería capaz de grandes cosas... que ego tenía por aquel entonces, como me refugia ante los avatares con esa excusa, todas las veces que caí logré levantarme apoyado en ese baston de fantasía creado a partir de las virutas de mi menosprecio. Cuánta razón hay en esas famosas palabras de Ortega y Gasset, yo era más que nadie en este mundo "yo" y a la vez era mis circunstancias. Y mas tarde aprendía que mi única diferencia radicaba en una sola cosa, yo era consciente de ser diferente no por querer serlo sino por serlo, entonces fué cuando dejé de ser diferente y empecé a ser raro. De joven uno piensa muchas cosas, pero es el mundo el que al final pone cada cosa en su sitio, es la vida, nuestra época, la sociedad a la que pertenecemos, la que nos enseña la verdad no con metáforas ni con hipótesis, sino con la maestría contundente de los hechos. Y podemos renegar de esos hechos, podemos refugiarnos de la tormenta de realidad que nos rodea inunda nuestros sueños, podemos pasar horas mirando ese vaso medio lleno o medio vacío que somos nosotros, correr por las praderas del tiempo huyendo del tic tac de ese reloj que nos va consumiedo tan rápidamente, si... pero no podemos hacerlo eternamente, en algun momento, en un instante que siempre llegará, nos alcanza. Y de qué forma nos alcanza, qué fuerza de la naturaleza tan aplastantentemente poderosa...
Yo soy yo, pero mis circunstancias me abruman y son la cadena que me encadenan a está carcel de la realidad, una presa que no puede huir, un cazador cazado. Antes, cuando era joven pensaba que yo era diferente, que me esperaba un destino trazado de antemano, que haría grandes cosas... y ahora he comprendido realmente cual era ese destino tan grandioso que me esperaba, qué era aquello a lo que debía enfrentarme, he visto cara a cara mi propio dragon y solo he podido usar como arma el conocimiento de mis circunstancias y de mi yo. Hoy he comprendido al fin, que esa maravillosa aventura a la que estaba predestinado era... mi vida.

0 comentarios :