La Mala Gente

Hablando el otro día con mis conocidos y trás diversas experiencias de estos ultimos días, llegábamos a la conclusión de la difícil tarea que es cada día encontrar “buena gente”, aunque los términos bueno y malo sean tan relativistas, si es verdad que con solo echar una ojeada al mundo actual, sin intentar ser ni pesimista ni optimista, se pueden sacar muchas conclusiones.
Si circulo con el coche y veo un peatón en un paso de peatones tengo por costumbre parar para que pase, de igual forma soy el clásico que intenta seguir las normas de tráfico y de urbanidad, porque para eso están las normas, para acatarlas, y es por eso por lo que me sigue sorprendiendo cuando alguien a quien dejó paso me lo agradece con la mano mientras pasa por el paso de peatones y me sonríe con agradecimiento… ¿agradecimiento? Pero si es mi deber, pienso.
De la misma forma cuando he ayudado a algún desconocido a levantarse tras una caída, a empujar el coche (típico) a abrir una puerta o con la sana costumbre de resultar cortés al dar los buenos días, siempre pienso en que esas cosas salen solas, que nadie le da por planificarlo. Y la mayoría de la gente que conozco es así, de lo que se podría sacar la conclusión de que el mundo funciona así, graso error, lo que sucede es que la gente con los mismos principios suelen unirse, por muy diferente que sea su concepción de las cosas.
Por regla general, a no ser que la situación sea grave, tiendo a ser bastante diplomático en todos los aspectos de mi vida, no me gustan los problemas y creo que hay muchísimos que se pueden eludir y que eso ayuda a mantener un estado de paz en nuestra vida, y conseguir esos escasos momentos de felicidad que nos va regalando con cuentagotas.
Por eso me sorprende cuando alguien a quien no conozco de nada me puede llegar a señalar con el dedo, y me planteo cosas, como por ejemplo ¿será la gente mala o hay situaciones en las que lo parecen? La vida y a la gente la medimos por nuestra propia percepción, que siempre suele ser vaga o prejuiciosa, aunque es casi imposible no sentirnos a veces llevados por esta marea que es nuestra percepción y el efecto que produce en nuestras vidas las acciones de otros, que evidentemente etiquetamos como mala gente, olvidando que quizás en algún momento alguien nos percibió de la misma forma. Quizás todos seamos a la vez ambas cosas, ying y yang, o como en cuántica, sea la conciencia de quien nos etiqueta las que nos hace buenos o malos, guiada por nuestros propios actos.
El mundo y la gente a veces es difícil de comprender, de entender, y a algunos solo nos queda seguir pensando en ello y cuestionando no solo a los demás, sino a nosotros mismos y puede que el fallo general de “los otros” sea eso mismo, el autocuestionamiento sobre lo que somos o la plena conciencia de que nuestras palabras y actos pueden influir negativamente en otros…
Esta vida sin duda resulta complicada una vez que nos da por pensar en ella, pero lo difícil a la larga casi siempre resulta ser lo más productivo en nuestras vidas.
Una respuesta a este post en el blog www.gobernarelmundo.com

7 comentarios :

  1. Has dicho una cosa que resume muy bien mi visión de la "maldad del mundo":
    "no me gustan los problemas y creo que hay muchísimos que se pueden eludir y que eso ayuda a mantener un estado de paz en nuestra vida"

    También has dicho que la mayoría de la gente que conoces hace cosas buenas. La cuestión es entonces ¿por qué hay tanta maldad?. La respuesta para mi viene en el texto tuyo que he mencionado: "eludimos los problemas".

    Las personas "buenas" eluden el confrontamiento, las "malas" lo buscan y se organizan para hacer maldades.

    El problema que tenemos los "buenos", es que no luchamos contra "el mal" con la misma energía que los "malos" lo hacen contra el bien. Los "malos" gobiernan el mundo. El mundo está lleno de injusticias porque nosotros lo permitimos.

    Si una anciana se cae y uno pasa por al lado y no le ayuda, se merece como mínimo la exclusión social. Pero yo además sugiero que lo increpemos, y en caso extremo que lo tiremos al suelo.

    Para mi la lucha por el "bien", merece que nos manchemos las manos de sangre. Casi todos vimos con buenos ojos que los ejércitos de la alianza atacaran a Gadafi porque estaba masacrando a gente indefensa, pero nuestra percepción de la justicia nos impidió atacar con contundencia. Si la justicia no se basa en las leyes sino en lo que la sociedad entiende por justicia, se merecían haber sido masacrados ellos. Eso se hace una vez, y los siguientes soldados de la siguiente guerra se van a pensar el disparar contra un civil desarmado.

    El fin, justifica los medios. Y la justicia no es ley, aunque las leyes tienen que ser justas. Y la violencia no es "mala" es una acción que como tal no tiene condición moral, se puede usar para hacer "bien" o para hacer "mal". Matar no es "malo" de por sí, el motivo por el que matas lo es. Si matas a uno para salvar 1 millón, ¿eso es malo?. Pues si es malo, el catolicismo es malo, porque está fundado en la crucifixión de un justo para salvar a la humanidad.

  2. mcmaicky hay veces en las que la violencia esta plenamente justificada, estoy de acuerdo, pero el problema de ésta es que cuando se hace notar es dificil controlarla, porque creemos que cuando brota es un arma y con frecuencia olvidamos que nosotros no la controlamos a ella sino ella a nosotros.
    No quiero parecer un pacifista, por la mera razón de que no lo soy y jamás lo he pretendido (aunque alguna vez lo haya deseado), pero si sé que cuando el lobo aulla, el hombre calla y en mas ocasiones de las que parece, el hombre ya no vuelve a hablar una vez que el lobo prueba lo fácil que resulta todo teñido de rojo sangre, salvo para atormentarse por no saber tenerlo atado.
    Sin lugar a dudas hay mas lobos que hombres en nuestro mundo pero lo que mas abunda son los borregos, que a simple vista parecen dóciles y pacíficos pero nunca olvidemos que tienen dientes y muerden, y cuando son muchos... pueden llegar a devorar tanto al hombre como al lobo.
    Y completamente de acuerdo en lo que dices y que se ve reflejado en una frase famosa, no recuerdo ahora de quién; "Lo peor que puede hacer un buen hombre, es no hacer nada"

  3. PAKY dijo...

    Sí, todo depende del cristal con que se mire... como bien dices, todos tenemos cosas buenas y malas, yo muchas veces tengo "malos sentimientos" aunque no los ponga en práctica porque entonces me igualaría a los que hacen cosas malas, pero lo pienso porque me dejo llevar por la ira... en definitiva, quiero pensar que hay muchísima más gente buena que mala, y eso es así, lo veo cada día, pero como has dicho, lo peor es permanecer impasible y en vez de actuar, dejar las cosas para la charla del café... ¡¡HAY QUE ACTUAR!! y no pasar de largo ¿no crees? (y me figuro que sabes a lo que me refiero...)...
    Besos
    PD: lo peor es cuando el enemigo reside cerca y aunque quieras, no te permiten actuar... :S

  4. Buenos y malos convivimos juntos, y a unos le pareceremos buenos y a otros no tanto, al igual que nosotros vemos a determinada gente buena y a otra mala, esto es así, es difícil de comprender por que, pero si todo fuese bueno sería el mundo un paraiso, y eso no es verdad.
    Yo prefiero quedarme con que hay más bueno que malo, pero por desgracia los actos buenos, no destacan o se habla poquito de ellos, en cambio los actos malos se ven más y suenan a bombo y platillo.
    El caso es que hay que vivir y dejar vivir, no te ralles Migue y sigue siendo como eres, para mi, buena gente.
    Un besote y feliz semana.

  5. No hablo de que todo el mundo sea bueno, sino de someter a los malos y los incívicos, no permitiendo que se organicen ni que dejen una huella negra en nuestra sociedad. Que los buenos nos movamos y no permitamos maldades.

    Migue, escribo un artículo en mi blog para explicarlo mejor, que me parece un tema interesante que no se puede explicar de forma legible en un comentario

  6. http://www.gobernarelmundo.com/2011/07/politicamente-incorrecto-la-violencia.html

    Aquí está el artículo que prometí para explicarlo mejor. Ya me contaréis.

  7. Mosca dijo...

    Yo creo que se trata de creer. Es decir, hay gente que cree en el mal utilitariamente, y gente que cree en el bien utilitariamente, y eso es un proceso que se cuece en la maduración de uno mismo, junto con la experiencias y las personas que nos rodean mientras esas experiencias suceden. NO se si me explico...
    En la vida pasan cosas, algunas buenas, y otras malas, muy malas. NO hieren, nos pisan, nos quieren, nos hacen reir, nos hacen llorar. Eso nos hace madurar hacia caminos relativos, hacia el bien con un poco de mal (el justo), hacia el bueno (aveces hacindonos tontos), hacia el mejor, hacia el malísimo....mil combinaciones de bondad y maldad...y llegamos al punto maduro de conocernos a nosotros mismos con una opinión firme de bondad y maldad. y así nacen adultos buenos, malos, mejores o peores.

    Para algunos la tranquilidad y la paz con los demás es lo que nos hace estar bien, pero sabemos que hay otras personas que buscan el conflicto, que cuando no lo tienen sienten un vacío y de repente sin casi ser conscientes, les molesta el gato del vecino o la maceta de la escalera de la comunidad. y ven esa luz, én ese conflicto, para actuar y seguir su rol.

    Sin maldad y vilencia no se hubieran cambiado muchas cosas de la humanidad de las cuales ahora disfrutamos. Pero yo, como no pienso cambiar el mundo, solo intento gobernar mi pompa cuidando su fina capa y eligiendo lo que entra y lo que sale...pues prefiero la bondad, creo en la paz como tranquilidad personal, y al final, me he convertido en una intolerante a la hostilidad.

    Me he dado cuenta que hay personas que siempre están a la defensiva, que son capaces de mal pensar siempre de todo, y como todo ladrón cree que el otro es de su condición....pues mal piensan porque ellos harían o actuarían como a lo que tienen miedo.si, no?

    Sabes? prefiero poner la otra mejilla, prefiero no hacer nunca lo que no me gusta que me hagan a mi, prefiero y soy fan del no reproche y de la santa amabilidad. A lo maria teresa de calcuta o Gandhi. Solo saco las uñas cuando tocan mi libertad, cuando intentan pinchar mi pompa...pero nunca a costa de pinchar la pompa de los demás.