Una carta al olvido

Querido amigo, hoy quiero escribirte a ti, por que sé que hace mucho que no te hablo, quizás tanto como que no te miro a los ojos.
Quiero que sepas que aunque el tiempo hace mella en todo, que abate la mayor montaña convirtiéndola en una hondonada y que convierte en secadal cualquier mar abierto, no puede con toda su fuerza borrar tu huella en mi memoria.
Quiero que sepas que precisamente hoy, te he recordado, que de la misma manera fugaz que una mirada se cruza en un pudoroso instante, con otra mirada perdida, me he enfrentado, cara a cara, con ese surco en forma de cicatriz que dejaste hendido en mi pecho. Que no ha habido batalla en mi vida en la cual, tu ejemplo, no fuese inspiración en mis actos, ni lágrima en mi rostro ni rechinar en mis dientes de rabia que no susurrara tu nombre.
Amigo, amigo mío, hoy quiero convertir esta carta en misa y cada letra en una oración, y desfallezco, por que no hay palabras que puedan agradecerte tanto, en tan limitada forma de expresión como la escritura, ni tiene en mi mente la idea, forma que la defina en estos torpes caracteres…
Débil a veces siento este cuerpo que labré en esta guerra constante, heridas que se curan, heridas que jamás cicatrizaran, heridas casi olvidadas, heridas que en la noche gritan y otras que solo aparecen en el silencio, pero todas mías, a mi desgracia o suerte.
Amigo, que sin ti en mi pasado jamás hubiese sido hoy en mi presente, amigo mío, melancólico es tu recuerdo, tanto que amarga en mis dedos cada letra que te escribo, y sin embargo suena tu recuerdo a miel en mi memoria, por que sin ti no sería nada.
Tú estuviste conmigo, cuando más solo estaba, mientras que otros con sus labios intentaban infructuosamente apoyar mis desgracias tu fuiste bastón en mi brazo, cuando sedienta sentía mi boca de un oído que no juzgara, tu fuiste publico entregado y fiel a mis secretos menos confesados, amigo, amigo mío que lejano es tu recuerdo y sin embargo que cercana es tu presencia.
Cuando ellos murieron, cuando fui golpeado, cuando ella me abandonó, cuando la locura aullaba en mi cabeza y cuando cada lágrima hervía quemándome las mejillas, tú estabas ahí, a mi lado, inmutable al vaivén de hipócritas que me llamaban amigos y me convertían en la conversación de moda entre otros, cuando yo no deseaba audiencia en mis tristezas tú, amigo mío, colocabas tu capa por encima mío para protegerme de la fría mirada de los que, con sus buenas intenciones, me despezaban aun más.
Que libro te escribiría si con cada gota de sangre y lágrimas, derramadas en esta vida, que cayera en el papel, se transmutaran en una sola letra.
Amigo, hoy quiero recordarte que seguiré durante toda mi vida necesitándote, que no encontraré abrazo más sincero ni consejo mas sentido que el tuyo, que aunque tantas veces hablamos, era yo solo el que movía los labios, que aunque tantas veces te decepcione jamás me abandonaste ni buscaste ningún pretexto para irte antes de que terminara la canción de mis penas.
Amigo, amigo mío, hoy los demás me creen loco al escribirte estas líneas, y he de decirles que locos son todos aquellos que no pueden comprenderme, todos aquellos que no cuentan con un amigo como tú, siempre a su lado, sempiternamente dispuestos a ser apoyo en cualquier resquicio de este camino, amigo mío, pobres de aquellos que jamás te conocieron, que nunca podrán conocerte, pobres, si… de todo aquel que no encuentre en su interior esa dulce voz tuya… a la que yo llamo conciencia.

2 comentarios :

  1. PAKY dijo...

    La conciencia es tu amiga??Porque a mí lo que me causa son malos ratos.... Esta carta me gustaría dedicársela, con tu permiso, a esos amigos y amigas míos que siguen llamándome por compromiso cada cumpleaños y aluden que soy yo la que está "desaparecida" y sin dar señales,siempre los tengo en mente, porque mi conciencia hace que les recuerde, porque fueron y seguirán siendo parte importante de mi vida, y como escribiste en otro artículo tuyo, no puedo quitármelos de la solapa... Preciosa carta. Besos

  2. Unknown dijo...

    La he leido varias veces y creo que lo haré algunas (muchas) mas. Mi más sincera enhorabuena. Ya te lo he dicho en alguna otra ocasión, pero ... es increiblemente fascinante cómo escribes ... siento cercano lo que leo.