Héroes, villanos y extras

A veces, los que suelen “alardear” de solitarios y fracasados tienden a olvidar, a favor de su status social de incomprendidos, sus pequeñas victorias. Es curioso como normalmente en el silencio de sus pensamientos comprenden lo necesario de su postura, ególatra eso si, sobre ellos mismos.

Disfrutan jugando con la ironía que creen más ingeniosa que el sarcasmo, aunque casi nunca sepan distinguir la una de la otra. Elevan un estandarte del cual cuelgan un harapo al que idolatran como religión verdadera, rezándole a diario oraciones tan confusas que nadie, salvo ellos y no siempre, entiende.

Y pese a eso, pese a “nuestro” egoísmo con el mundo, a “nuestro” sentimiento de Mesías mudo en una torre de Babel y a “nuestro” narcisismo pseudointelectual, vemos que hacemos mella en el destino de otros.

El sentirse solo no implica soledad, el vendernos como incomprendidos no implica que no nos comprendan, es más posible que no sepamos explicarnos.

Hay gente que se encierra en una torre de marfil, que mira desde su alto trono de vanidad el mundo y grita hacia abajo (creyendo, iluso, que alguien lo oirá) su profecía basada en su distante punto de vista.

¡¡A las armas!! Gritan los generales escondidos en sus puestos de mando, erigiéndose como estrategas de una guerra que nadie sabe por qué empezó, pero ellos se empeñan en ganar. Tan alejados del campo de batalla que hace mucho que dejaron de tener soldados y aun no se han dado cuenta.

Hay grandes hombres en la historia que son grandes tan solo por haber sido recordados por otros pequeños, que dieron su nombre al olvido y profanaron su propio recuerdo en la eternidad.

Los ideales no necesitan hermosas palabras que los engrandezcan, sino actos pequeños que se sacrifiquen para que estos sean grandes de verdad. Como la verdad, puede tener muchos caminos, pero una sola meta.

Algunos saben nadar en aguas poco profundas, otros hablan de nadar sin haber conocido jamás el agua, y otros callan porque están ocupados en nadar contracorriente.

Hay mucha gente en el mundo, algunos son llamados héroes, otros villanos, la mayoría parecen tan solo extras de hollywood, pero cada uno de ellos tiene una historia propia, una historia que quizás no sea recordada pero que aun así, forma la parte más importante de ésta. No existen medallas en el mundo real, no salvamos vidas siendo tan solo solidarios, no acabaremos con el sida con un lazo de color rojo. No limpiaremos nuestra conciencia culpando a otros, cada uno debe hacer lo que ha de hacer, tan solo por eso estamos en está tierra. Una tierra que abandonaremos algún día y de la cual tan solo nos llevaremos una cosa en la maleta… nuestros actos.

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