Contra todos

Odio los tópicos… y es que no me siento identificado con ninguno (por ejemplo; soy de la provincia de Cádiz y no soy gracioso, no me gusta el carnaval y mejor me callo ya porque razones para no sentirme típico gaditano hay para otro blog), como tener que etiquetarme por fuerza para sentirme integrado. Tener que estar repitiendo toda la vida las mismas cosas, al mismo tipo de gente, es realmente cansado, pero supongo que al fin y al cabo la culpa es mía, por responder cuando me preguntan o por no asentir con la cabeza y dar la razón sin más, pero llega un punto en el que te ves en la obligación de aclarar el por qué eres como eres.

Así que por eso me gusta tanto la palabra friki, porque de alguna forma es un apelativo que se ha puesto de moda y tiene tantas acepciones como significados le da la gente cuando lo oye. Así al decir; “si, soy friki”, pues la gente pone cara rara y te espeta algo así como “ahmm…. si ya”. Es una forma muy rápida de no decir nada y de decirlo todo.

Pero la verdad es que tampoco me gusta demasiado esa palabra, ojo, no porque en cierta forma no me sienta identificado con una de sus traducciones libres (raro, extraño, diferente que no "especial" que eso es otra cosa), sino por que en el fondo de mi me siento una especie de friki entre frikis. ¿Por qué? Pues quizás por esa extraña forma que tienen algunos de rechazar en cierta manera la sociedad creando “minisociedades” para poder sentirse integrado dentro de un subconjunto que, curiosamente, no hace sino repetir las mismas pautas del primero interpretándolas a su modo. No me siento gótico, no me siento heavy, no me siento otaku, ni geek, ni a gusto encerrado dentro de tan pequeño molde como puede representar cualquiera de estas minisociedades (o tribus urbanas de esas) aunque tenga particularidades de ellos.

Porque a ver, intentemos tener un poco de eso que ahora llaman memoria histórica (que no es otra cosa que cultura histórica), la gente que ahora tiene 30 años tuvo que pasar un auténtico calvario familiar y social por querer inventar sus propias reglas, por querer vivir la vida de otra forma. Claro que estábamos influenciados por USA y Europa, para no estarlo, si España es el culo del continente europeo, joder, los rebeldes que habíamos en Cádiz en esos tiempos vivíamos en el mismísimo esfínter.

Un pendiente en aquellos tiempos era de mariquita (o gay que se dice ahora, pero que sepáis que viene a significar lo mismo), pero ahora te ves a la gente con doscientos colgajos en la oreja-nariz-lengua-y salvas sean las partes, mientras que nosotros nos arriesgábamos a una bofetada, burla o algo peor (para al final quitarnoslo cuando nos hemos dado cuenta que hay formas más efectivas de rebeldia que un adorno en la oreja), ellos parecen que solo lo utilizan porque unos señores que ganan dinero les han inscrito el mensaje subliminal de mientras más mejor (que así ganamos nosotros más y tu eres el mas “cool” de tu pandilla revoltosa, que no rebelde). Mejor no hablar de los tatuajes, la ropa gótica, rapera, heavy, indy (que no se que coño es pero algo he oído) o de centurión romano.

Etiquetas y necesidad de tener una en nuestro reverso, a ser posible de marca. Me parece estupendo el hecho de la diversificación (que aburrido sería todo sin ella) pero de ahí a querer venderme (o vender yo) la idea de religión verdadera hay un abismo insondable. Tengo mis preferencias claro, unos gustos por encima de otros, pero algo dentro de mí me impide cerrar los ojos y que alguien me lleve de la mano, me impide amansarme, abandonar mi criterio (quizás por eso tengo tan pocos amigos, y nadie lee mi blog). La cuestión es que quizás hoy día ya no hay nada contra lo que rebelarse, que no se es de una forma porque nazca de dentro o por intentar cambiar algo, se es de una forma por mera cuestión estética, porque esta de moda o sencillamente porque así se liga más (en este caso A=B, es decir tan tonto es el que con la apariencia intenta ligar como el que por ella se deja ligar) , al fin y al cabo ¿contra qué rebelarse? ¿contra sony por vender la play3 tan cara, que al final nos van a regalar nuestros padres tan mandones por reyes? ¿contra los seguidores de marvel, de naruto, de los que ven gran hermano en vez de se lo que hicísteis, o del hambre en el mundo mientras comemos en un mcdonals?... ¿o quizás nos vamos a rebelar contra el sistema por seguir haciendo de nosotros unas tristes marionetas que se mueven al son de la música de un centro comercial?

Discusiones y discusiones, que no conducen a ninguna parte, porque mientras haya gente huyendo de sí mismos, habrá una cueva con más gente como él donde refugiarse, eso si, mientras estén dispuestos a pagar entrada.

Aunque existe otro camino, no huir, no limitarse, no ser una parte sino un todo dispuesto a compartir, no temer no pertenecer a nada mientras haya algo que realmente pueda pertenecerte a ti, quizás esa sea la forma de rebelión que se necesita ahora y la fuerza para cambiar realmente las cosas, que cada uno se realmente él mismo y tenga conciencia plena de quién es sin que nadie tenga que decírselo, así no importaran las diferencias sino lo que podamos compartir. Y las cuevas tendrán que cerrar.

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