Responsabilidades

Esperanza es una palabra que otorga cierta credibilidad en la boca de aquellas personas que, pese a todo, siguen manteniendo cierta fe en que las cosas cambien. Aun así, a algunas personas esa palabra les produce cierto amargor en los labios cuando nadie las escucha y tienen tiempo de saborear sus propias palabras. Cuando se vive a oscuras cierto tiempo, cualquier luz se tarda más en vislumbrar más de lo normal, nuestros ojos no procesan correctamente esa información, es lo malo de no estar acostumbrado a las luces, cuando aparecen dan cierto temor.
Son malos tiempos, depende de para quién, muy malos.
Solo los más afortunados e ignorantes no son conscientes del estado caótico sobre el que, cada cual, baila a solas sobre una cuerda en el vacío. Poco público va quedando ya fuera del escenario, casi todos empezamos a formar parte de ésta obra de teatro donde el principal arco argumental es la supervivencia de un estilo de vida, quizás obsoleto desde hace mucho, pero aun lo suficientemente vivo como para no dejar de dar estertores mientras sucumbe. Y con cada estertor, un individuo, una familia o quizás una nación agoniza ante el dolor de no saber qué camino elegir cuando se han quedado sin caminos a seguir.
Siempre hay elección, el problema es que cuando creemos que no existe, la elección es crearla, construir nuevos caminos sobre el miedo a no tenerlas.
Seguimos faltos de empatía, prefiriendo otorgarnos el don de la solidaridad ante la maldición de ser cómplices por denegación de ayuda. Porque que nos pongan un pin en la solapa luce mejor que el lavarnos las manos en privado, de espaldas a nuestras propias responsabilidades.
No se puede vencer al miedo, no podemos enterrarlo en una tumba en el olvido, el miedo no es nuestra debilidad, es la prueba de nuestra fuerza, pues aun teniéndolo a nuestro lado, día a día, susurrándonos a cada instante, seguimos dispuestos a seguir hacia delante y si es necesario vivir con él a nuestro lado.
Los traidores en ésta guerra no nos venden por algo mejor, tan solo por su propia seguridad, por el miedo a cualquier cambio que les arrebate su propio status, no hay mayor diferencia entre ellos y cualquiera que decida seguir luchando que la de pensar en un bien común o en su propio bien.
Cuando posamos un pie en el camino, dice un proverbio indio, pisamos cien senderos, quizás es hora de ir creando nuevos caminos
O al menos de dejar de evadir nuestra responsabilidad como cómplices ante lo que se nos viene encima.
Quizás eso es lo que hacen los héroes, asumir sus responsabilidades.

5 comentarios :

  1. Ciertamente. Todo se basa en responsabilidades y, claro está, en saber administrar correctamente el orden de las prioridades.
    Los héroes seguro que tienen algo que decir al respecto; al menos los superhéroes del cómic. Esos que, según su triste escala de prioridades, anteponen su felicidad y la de los suyos por la felicidad del Todoelmundo. Buenrollismo superheroico, a fin de cuentas. Y, después de todo, no deja de ser egoista por su parte pues aquellos a quien niegan su atención también forman parte de ese mundo que tratan de mejorar.
    Es evidente que la Tia May, por poner, también necesita ser tranquilizada mientras el bandarra de Spiderman salta de piso en piso para acabar con los supervillanos. Y no es menos cierto que las calenturas insatisfechas de Lois Lane pudieron causarle graves depresiones mientras el kriptoniano luchaba contra el calientamiento global.

    No sé, las responsabilidades... conllevan una gran responsabilidad. A fin de cuentas resulta que sea cual sea el orden de prioridades solo puedes rezar porque, al menos, tu decisión ayude a un número de gente capaz de paliar a todas las que has abandonado a su suerte.

    -Joder, qué rollazo acabo de soltar-

    Un chiste, para dejar mejor sabor de boca después de la charla:

    Se levanta el telón y aparece el Excel y el Office llamando a una puerta.
    ¿Cómo se llama la película?
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    ¿Star Word?

  2. Es verdad... son tiempos oscuros para todo el mundo.
    Habeces cuesta decidir si seguir adelante o no... y más cuando las motivaciones poco a poco van desapareciendo y te sumerges en esa tumba donde el olvido podria ser la cura.

  3. El tito Ori dijo...

    Creo que algunos ya no creemos en las esperanzas y nos movemos en la vida, no pensando en lo que pudiéramos conseguir si algún día alcanzáramos nuestras metas, sino simplemente continuamos andando porque no hay otra opción, porque no sabemos ver nuestra vida de otra forma que no sea haciendo lo que hacemos...
    No continúo porque tenga fe ni esperanzas, ya las perdí hace mucho en el camino, continúo porque todavía sigo vivo...

    Besos y abrazos

  4. PD: Acabo de encontrar una palabreja para mi miccionario de acrónimos. Para no ofender no diré cuál es pero sí su significado: cosas de habas.

  5. PAKY dijo...

    La esperanza es lo último que se pierde, una frase que escondía una gran verdad, pero que poco a poco es lo primero que desaparece ante un estado de desesperación que muestra todo del color negro... no obstante, y pese a todo, es lo único que nos queda antes de sucumbir ante el miedo, siempre queda una mínima probabilidad de que la cosa cambie a mejor,lo que pasa es que nos hemos acostumbrado a una vida en la cual un día sin coche, sin móvil o sin internet se convierte en un verdadero infierno de dependencia que nos hace ser tecnológicodependientes, con lo bien que se vivía antes... si todas las personas se centrasen en vivir,con lo básico, no habría tal crisis... eso está clarísimo, tan claro como que ningún superhéroe puede arreglar esto, sólo nosotros mismos... joe, que me enrollo y me voy por la vía de Tarifa...

    PD:Vórtice, A VECES eres mu malo eh????