Lo que nos come por dentro.

Es difícil predecir cuando comienza ese pequeño ardor en la boca del estomago y que, lentamente, va apoderándose de nuestras acciones y pensamientos. Algunas personas son más resistentes que otras y aguantan cierto tiempo antes de ser completamente devoradas, a otras les basta un segundo para que esa masa sin forma termine reemplazando todas sus vísceras.
Suele ser la consecuencia innata de una niñez enferma, sin palabras de apoyo o gestos de cariño, en otros momentos el detonante es el espejo, la reflexión de la realidad en él o la voluble necesidad de ser portadores de una antorcha apagada que ni alumbra ni calienta.
No existe medicamentos conocidos para esta dolencia intestinal, ni antibióticos que frenen sus síntomas crecientes, una vez contagiados no hay cura posible, tan solo que nuestro sistema inmune sea capaz de luchar contra ella y vencerla antes de que se expanda y termine por comernos por dentro completamente, convirtiéndonos en zombis sin otra motivación que la de expandir nuestra propia plaga.
Puede ocurrir en niños pero sin embargo los efectos más destructivos son en los adultos, no tiene tiempo ni espacio ya que se conoce en todo el mundo y en toda nuestra historia, relatándose incluso en la Biblia uno de los primeros casos documentados.
La gente no la teme porque creen que puede ser controlada, sin embargo, una vez que se desarrollan los primeros síntomas, este virus es capaz de tomar personalidad propia y no necesita de la mente del huésped para crecer, se autoalimenta asimismo a base de devorar sus propios excrementos y vómitos cuando no tiene un bocado más exquisito en su campo de acción.
Como el cáncer, ella convive diariamente con nuestra especie en estado latente, esperando salir de su hibernación, duerme escondida en algún rincón de nuestro cuerpo y es totalmente impredecible saber cuándo o qué la avivará.
Todos conocemos casos de gente infectada, de gente intentando infectar a otros, puede que incluso nosotros hayamos padecido esta enfermedad antigua y la hayamos superado, aunque difícilmente la habremos expulsado fuera de nuestro cuerpo.
Físicamente, cuando nos ha empezado a comer por dentro es fácil de distinguir, nuestro cara se transforma, nuestros gestos reflejan el implacable desarrollo de la enfermedad, nuestra voz se torna malsonante y nuestra mirada fría, hasta que termina su festín comiéndose nuestra conciencia y convirtiéndonos en algo que no reconoceríamos antes de ser contagiados. Algunos temen lo que no entienden, pero lo que más terror produce sin duda es aquello que comprendemos perfectamente, y es que todos podemos convertirnos en presa o en víctimas de esta enfermedad a la que todos conocemos con el nombre de…envidia.

7 comentarios :

  1. Me gusta mucho este post, aunque las fotos, sobre tó la última, da un poco de grimaaaaaaa.

  2. PAKY dijo...

    A mi me ha encantao la última foto pues refleja literalmente lo que sucedió aquella supuesta noche en la que Jesús dijo "tomad y comed porque este es mi cuerpo....", jejejeje, la verdad es que la envidia es lo mas malo que hay, lo dice una que ha sufrido más de una vez algún que otro bocado de esos zombis, y los peores son los de los zombis de tu entorno más próximo, pues por un bocaito son capaces de dejarte "vendío"... muy buen artículo, sí señor, es más, se lo dedico a todos/as los que me han mordio a lo largo de mi sencilla pero envidiada existencia (una larga lista por cierto...)

  3. Manolo dijo...

    Un post muy interesante. La envidia, desde luego, es uno de los males de la humanidad.

    Creo estar libre de ese mal, al menos que yo sepa. Es más, no creo que en estos momentos me envidie nadie.
    Me ha gustado mucho.

  4. Nati dijo...

    La envidia queda muy bien reflejada y tengo que ponerselo a unos cuantos por ahí. Pero perdoname la ultima cena ,no me gusta que la representes así aunque yo no soy nadie para decirte como tu tienes que hacer las cosas, lo que ocurre que yo como creyente me da escalofrios verla reflejada así igual es por no entender lo que Jesus nos queria decir con esa cena y quedarme en la superficie, felicidades por el razonamiento creo que todo el que lo lea no puede quedar impasivo, un beso.

  5. Nati dijo...
    Este comentario ha sido eliminado por el autor.
  6. Nati dijo...
    Este comentario ha sido eliminado por el autor.
  7. Gracias Nati, como publicista me alegra que no hayas quedado impasible con la imagen que elegí para cerrar el post, la cual buscaba sobre todo que la gente meditase sobre ella y el conjunto del post, un saludo.