Hay temporadas en las que dejo el blog a un lado, es cierto que en parte es por estar muy ocupado con otra multitud de cosas, tareas y deberes, pero en cierta forma es una excusa, sincera, pero excusa al fin y al cabo.
Lo cierto, sin que lo anterior sea mentira, es que hay épocas en las que no se que decir y sin embargo creo que son cuando más cosas tengo que comunicar. Solo que es difícil darle forma a ciertas cosas.
Cuando un escribe (o escribía) en un trozo de papel, todo era más fácil, como el pensamiento, quedaba oculto a la vista de otros y podía plasmar en el papel todo lo que necesitase decir.
Pero el tiempo nos hace a la vez prudentes y a la vez desconfiados. Los momentos de silencio suelen acompañar a la meditación, a buscar el enfoque correcto de lo que queremos, en cierta forma el silencio nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos, en contra, la soledad suele sacar lo peor que llevamos dentro, nos hace sinceramente peligrosos.
El pensamiento es lo que tiene, cuando empiezas no puedes parar, se convierte en una droga, deja de ser un medio para convertirse en un fin por sí mismo. El tiempo, la soledad y el pensamiento como diría una amiga mía es la fragua donde se crea un filósofo o un loco, pero no hay mérito en ello, cualquier filosofía sin acción es mera palabrería hueca y vacía, rimbombante y demasiado cargada de ego como para poder tomarla en serio, un loco sin embargo se permite el don de la acción.
Sin embargo es un comienzo, aunque demasiadas veces se convierta en el final.
Escribir en un blog a veces me hace sentir eso, leerlos también, de ahí que la falta de motivación se cebe en mi voluntad tan a menudo.
Me gusta escribir, y que me lean claro, pero eso siempre ha sido visto como un medio, sin embargo a veces parece que para mí y para muchos es el mismo fin siempre, escribir y esperar comentarios, como una droga de la que debo desintoxicarme a veces, estas etapas son eso, un proceso de volver a encontrar la razón de por qué escribo en un blog, por qué tengo un blog.
Siempre es importante aquello que escribo solo, sin necesidad de elaborar un post, aquello que hace que el que me lea piense, medite y sobre todo actúe. La razón por la que la mayoría de las veces escribo, escribía o escribiré no ha cambiado, queda patente en muchos post, en aquellos que dicen algo, más aun en los que duelen. Lo demás solo es guarnición para vestir el plato principal y hacerlo mas digerible.
Un post divertido, desenfadado, que haga reír o informe sobre algo insustancial es estupendo, digerible, se consume rápido. Un post que necesite de algo más allá de que sea comprendido necesita tiempo, meditación, interpretación quizás, es como un misterio, una aventura, una película de dos horas y media en la que si no logran engancharnos a los cinco minutos dejaremos de ver, perdiéndonos quizás un final con moraleja o una lección sobre algo que necesitábamos aprender.
Hoy no tengo nada que decir, nada nuevo que aportar, cualquier cosa que diga ya ha sido dicha antes, por mi, por otros, quién sabe… quizás incluso ha sido oída o leída por alguien.
Es curioso como las cosas solo tienen el valor que nosotros le queramos dar, o el tiempo que le queramos dedicar.
Lo cierto, sin que lo anterior sea mentira, es que hay épocas en las que no se que decir y sin embargo creo que son cuando más cosas tengo que comunicar. Solo que es difícil darle forma a ciertas cosas.
Cuando un escribe (o escribía) en un trozo de papel, todo era más fácil, como el pensamiento, quedaba oculto a la vista de otros y podía plasmar en el papel todo lo que necesitase decir.
Pero el tiempo nos hace a la vez prudentes y a la vez desconfiados. Los momentos de silencio suelen acompañar a la meditación, a buscar el enfoque correcto de lo que queremos, en cierta forma el silencio nos ayuda a conocernos mejor a nosotros mismos, en contra, la soledad suele sacar lo peor que llevamos dentro, nos hace sinceramente peligrosos.
El pensamiento es lo que tiene, cuando empiezas no puedes parar, se convierte en una droga, deja de ser un medio para convertirse en un fin por sí mismo. El tiempo, la soledad y el pensamiento como diría una amiga mía es la fragua donde se crea un filósofo o un loco, pero no hay mérito en ello, cualquier filosofía sin acción es mera palabrería hueca y vacía, rimbombante y demasiado cargada de ego como para poder tomarla en serio, un loco sin embargo se permite el don de la acción.
Sin embargo es un comienzo, aunque demasiadas veces se convierta en el final.
Escribir en un blog a veces me hace sentir eso, leerlos también, de ahí que la falta de motivación se cebe en mi voluntad tan a menudo.
Me gusta escribir, y que me lean claro, pero eso siempre ha sido visto como un medio, sin embargo a veces parece que para mí y para muchos es el mismo fin siempre, escribir y esperar comentarios, como una droga de la que debo desintoxicarme a veces, estas etapas son eso, un proceso de volver a encontrar la razón de por qué escribo en un blog, por qué tengo un blog.
Siempre es importante aquello que escribo solo, sin necesidad de elaborar un post, aquello que hace que el que me lea piense, medite y sobre todo actúe. La razón por la que la mayoría de las veces escribo, escribía o escribiré no ha cambiado, queda patente en muchos post, en aquellos que dicen algo, más aun en los que duelen. Lo demás solo es guarnición para vestir el plato principal y hacerlo mas digerible.
Un post divertido, desenfadado, que haga reír o informe sobre algo insustancial es estupendo, digerible, se consume rápido. Un post que necesite de algo más allá de que sea comprendido necesita tiempo, meditación, interpretación quizás, es como un misterio, una aventura, una película de dos horas y media en la que si no logran engancharnos a los cinco minutos dejaremos de ver, perdiéndonos quizás un final con moraleja o una lección sobre algo que necesitábamos aprender.
Hoy no tengo nada que decir, nada nuevo que aportar, cualquier cosa que diga ya ha sido dicha antes, por mi, por otros, quién sabe… quizás incluso ha sido oída o leída por alguien.
Es curioso como las cosas solo tienen el valor que nosotros le queramos dar, o el tiempo que le queramos dedicar.
para mi el valor de tu blog es bastante grande. es el blog de un amigo que hace ya bastantes años que conocí, es el blog de un muy buen escritor, se que tanto yo como otras personas piensan eso y que si no dejan comentarios (o almenos ese es mi caso) es porque o dejas sin palabras, o lo que escribes es sufucuentemente serio como para poner comentarios tipo "muy bien, muy bueno, jaja, jijij, jojo".
Vale, como siempre siempre me expreso como el culo, pero lo que quiero decir es que a mi me ilusiona saber que has actualizado, incluso aveces sabiendo que no has escrito nada me paso igualmente por el blog por si acaso hubieras añadido un comentario.
muaks!!
Tu sabes que me costó trabajo leerte,y fue a partir que me metiste en el bloggimundo cuando he sido una de tus más "fervorosas" seguidoras, sobre todo con tus "estrenos de cartulina" como dicen en anda yá...
aunque sea de cuando en cuando, estoy de acuerdo con Moïra que habemos personas, aunque seamos muy pocas según tú, que nos gusta leerte porque das pie a opinar sin censura, cosa que se produce en pocos blogs como tu ya sabes...
Ahora estás apático con el tema blog, también has estado bastante liado, que me consta PADRINOOOOO, pero bueno, lo que tiene que salir saldrá, no hay que forzar la máquina, pero ya tengo bastante con el adiós de al golpito para que tú también salgas con esta, ya solo me quedan Moïra y el trampero para leer, pera que grito ¡¡¡LEEEEERRRRRR!!!!po eso, tómate tu tiempo, pero no nos cierres el chiringuito porfiiiii. Besitoss ;)
Oiga usted ... o mejor léame usted ... su blog tiene muchísimo valor. Por lo menos para mi. Ha llenado ratitos de mi tiempo que de otro modo habrían quedado vacíos o mal empleados. Espero, cuando pueda pasarme por aquí, seguir encontrando sus bonitas letras.
Un besote gordo.
P.D.:Quizás suene ridículo que alguien que acaba de "cerrar" su rincón pida a alguien que no pase el cerrojo en el suyo, pero si no te lo dijera me estaría engañando a mi misma. Me apetece seguir leyendo tus relatos. En ocasiones cuando alguien cierra un blog y conoces bastante a esa persona sabes si realmente es una decisión firme y la mejor. Por lo poquito que yo te conozco (que por desgracia es casi nada), no creo que realmente el cuerpo te pida cerrar, ni que tu rincón haya cumplido su función totalmente. Seguro que sigues teniendo muchos textos guardados que a los que te seguimos nos apasionaran.
Y ya freno que menuda charla te he metido :P