Una de las mejores cosas que exponen los cómics de hoy día es la ambigüedad del héroe y del villano, el hombre que ha dejado de ser simple de naturaleza. Ya no existen estereotipos de Superhéroe bueno e impoluto, ni de Supervillano malvado e incoherente,
Ambos no dejan de ser dos aspectos de cada personaje, el cual, por diversos motivos ha equilibrado ligeramente la balanza hacia uno u otro lado. Así, lo que diferencia a un héroe de un villano no son sus poderes o el uso que hacen de ellos, sino las circunstancias que lo han llevado por un camino determinado. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, ¿pero cual es el aspecto que determina la voluntad de hacer el bien o el mal?... si fuéramos capaces de descubrir eso gracias a un cómic posiblemente no existirían libros de psicología.
Las palabras de Ortega y Gasset quedan reflejadas en cualquier génesis de personajes, el humano normal posee una determinada personalidad marcada por su entorno, y es justo ese entorno inmediato el que le hará convertirse en una esperanza o una maldición para sus congéneres.
De nuevo no resulta fácil, como en la vida, poder clasificar el desarrollo de un Superhéroe, ya que al seguir una historia alternativa a nuestro mundo y aunque el discurrir del tiempo sea diferente al nuestro, eso no convierte a estos personajes en unilaterales, con diferentes sagas o historias, su personalidad se ve influenciada por sus actos y por su entorno, y según el guionista, el próximo giro podría ser determinante para su propia historia. Lo que convertirá esa experiencia en una moraleja que podrá oscilar entre una de tantas moralistas sobre el afán de superación, la esperanza, la fe, el encontrarse con uno mismo y su papel en el mundo o sencillamente puede terminar sin ninguna enseñanza, como en la vida real, las experiencias no son siempre de carácter educativo.
En el siglo 21, tras la muerte de Superhéroes universalmente aceptados como el Capitán America o Superman como estandartes de los más elevados valores o principios, el mundo heroico ha sucumbido a su naturaleza humana, han dejado de ser ideales para convertirse en seres con debilidades, que pueden sangrar, llorar o morir como cualquier ser real.
Los Superhéroes han entrado de lleno a formar parte de nuestras vidas como iconos de moda, en parte gracias a las superproducciones de Hollywood y en parte gracias a estos tiempos en los que cualquier tema clasificado como “friki” esta de moda.
Al trivializar el concepto de superhéroe de antaño, convirtiéndoles en regalos del Burguer King o en tazas en las tiendas de “20 duros”, les estamos arrebatando sus mejores poderes, sus principios, las razones por las que eligieron un camino u otro.
Dicen que para conocer a alguien hay que conocer su historia: el primer cómic de Superman se edito en 1938, los orígenes de Marvel se remontan al año 1939. Desde entonces se han ido sucediendo multitud de historias, cambios y evoluciones, han nacido y muerto muchos héroes y villanos, han tenido tiempos de crisis y de guerras civiles, han salvado el mundo en muchos aspectos, han motivado a la lectura a mucha gente y han servido de inspiración a muchas personas en diferentes aspectos de sus vidas, nada de esto se ve reflejado en el merchandising.
El superhéroe ha entrado a formar parte de nuestro subconsciente colectivo de igual forma que los mitos griegos, como ellos, forman parte de la fantasía popular, y como toda fantasía puede provocar la admiración o la risa.
Si vivimos en una época oscura y violenta, ellos se amoldan renaciendo de sus cenizas y mutan a seres más oscuros y complejos, como el canon estético, estos también son influenciados por el discurrir de la sociedad.
Han dejado de vestir coloridos trajes a favor del negro cuero, combaten la violencia con más violencia, son mas duros y realistas porque de no ser así el tiempo les vencería.
Aun así, siguen haciendo lo correcto, porque a veces lo correcto no significa lo “mejor”, como humanos que son están destinados a seguir luchando hasta el final o hasta su rendición.
La vida de un “hombre corriente” esta compuesta de los mismos elementos que cualquier historia superheroica, siempre es cuestión de tomar una decisión u otra. Solo que al final, nosotros somos a la vez dibujantes, guionistas y el propio personaje, a veces olvidamos nuestro cometido, nuestra razón de ser, podemos creer que el ser humano actual carece de principios, de moral, de empatia, pero reconocer eso significa reconocer nuestra propia rendición.
Quizás perdemos el tiempo esperando un salvador, mirando el cielo por si es surcado por capas o telarañas, puede que no vengan del espacio exterior o del GenX… puede que el mundo lo que necesite sea justo a ti, y que el único poder que dispongas sea el de tu voluntad. Puede que la señal que estas esperando sea ese sentimiento en la boca del estomago cuando ves que hay cosas que deberían cambiarse y nadie hace nada porque el miedo y el conformismo les han devorado hasta el tuétano de los huesos.
Si es así, bienvenido seas a un mundo que no quiere ser salvado y que aun así, esta deseando que llegues.
"Si hay algo que nos guste mas que crear mitos, es destruirlos."
Ambos no dejan de ser dos aspectos de cada personaje, el cual, por diversos motivos ha equilibrado ligeramente la balanza hacia uno u otro lado. Así, lo que diferencia a un héroe de un villano no son sus poderes o el uso que hacen de ellos, sino las circunstancias que lo han llevado por un camino determinado. Un gran poder conlleva una gran responsabilidad, ¿pero cual es el aspecto que determina la voluntad de hacer el bien o el mal?... si fuéramos capaces de descubrir eso gracias a un cómic posiblemente no existirían libros de psicología.
Las palabras de Ortega y Gasset quedan reflejadas en cualquier génesis de personajes, el humano normal posee una determinada personalidad marcada por su entorno, y es justo ese entorno inmediato el que le hará convertirse en una esperanza o una maldición para sus congéneres.
De nuevo no resulta fácil, como en la vida, poder clasificar el desarrollo de un Superhéroe, ya que al seguir una historia alternativa a nuestro mundo y aunque el discurrir del tiempo sea diferente al nuestro, eso no convierte a estos personajes en unilaterales, con diferentes sagas o historias, su personalidad se ve influenciada por sus actos y por su entorno, y según el guionista, el próximo giro podría ser determinante para su propia historia. Lo que convertirá esa experiencia en una moraleja que podrá oscilar entre una de tantas moralistas sobre el afán de superación, la esperanza, la fe, el encontrarse con uno mismo y su papel en el mundo o sencillamente puede terminar sin ninguna enseñanza, como en la vida real, las experiencias no son siempre de carácter educativo.
En el siglo 21, tras la muerte de Superhéroes universalmente aceptados como el Capitán America o Superman como estandartes de los más elevados valores o principios, el mundo heroico ha sucumbido a su naturaleza humana, han dejado de ser ideales para convertirse en seres con debilidades, que pueden sangrar, llorar o morir como cualquier ser real.
Los Superhéroes han entrado de lleno a formar parte de nuestras vidas como iconos de moda, en parte gracias a las superproducciones de Hollywood y en parte gracias a estos tiempos en los que cualquier tema clasificado como “friki” esta de moda.
Al trivializar el concepto de superhéroe de antaño, convirtiéndoles en regalos del Burguer King o en tazas en las tiendas de “20 duros”, les estamos arrebatando sus mejores poderes, sus principios, las razones por las que eligieron un camino u otro.
Dicen que para conocer a alguien hay que conocer su historia: el primer cómic de Superman se edito en 1938, los orígenes de Marvel se remontan al año 1939. Desde entonces se han ido sucediendo multitud de historias, cambios y evoluciones, han nacido y muerto muchos héroes y villanos, han tenido tiempos de crisis y de guerras civiles, han salvado el mundo en muchos aspectos, han motivado a la lectura a mucha gente y han servido de inspiración a muchas personas en diferentes aspectos de sus vidas, nada de esto se ve reflejado en el merchandising.
El superhéroe ha entrado a formar parte de nuestro subconsciente colectivo de igual forma que los mitos griegos, como ellos, forman parte de la fantasía popular, y como toda fantasía puede provocar la admiración o la risa.
Si vivimos en una época oscura y violenta, ellos se amoldan renaciendo de sus cenizas y mutan a seres más oscuros y complejos, como el canon estético, estos también son influenciados por el discurrir de la sociedad.
Han dejado de vestir coloridos trajes a favor del negro cuero, combaten la violencia con más violencia, son mas duros y realistas porque de no ser así el tiempo les vencería.
Aun así, siguen haciendo lo correcto, porque a veces lo correcto no significa lo “mejor”, como humanos que son están destinados a seguir luchando hasta el final o hasta su rendición.
La vida de un “hombre corriente” esta compuesta de los mismos elementos que cualquier historia superheroica, siempre es cuestión de tomar una decisión u otra. Solo que al final, nosotros somos a la vez dibujantes, guionistas y el propio personaje, a veces olvidamos nuestro cometido, nuestra razón de ser, podemos creer que el ser humano actual carece de principios, de moral, de empatia, pero reconocer eso significa reconocer nuestra propia rendición.
Quizás perdemos el tiempo esperando un salvador, mirando el cielo por si es surcado por capas o telarañas, puede que no vengan del espacio exterior o del GenX… puede que el mundo lo que necesite sea justo a ti, y que el único poder que dispongas sea el de tu voluntad. Puede que la señal que estas esperando sea ese sentimiento en la boca del estomago cuando ves que hay cosas que deberían cambiarse y nadie hace nada porque el miedo y el conformismo les han devorado hasta el tuétano de los huesos.
Si es así, bienvenido seas a un mundo que no quiere ser salvado y que aun así, esta deseando que llegues.
Estoy de acuerdo con eso que dices que hasta los superhéroes han sucumbido a las "modas", lo cual me molesta tanto como cuando veía series de la tele en las que varios personajes interpretados por según qué actores, de la noche a la mañana, eran "cambiados" por otros actores, con lo cual se acaba perdiendo la identidad del personaje, al igual que está haciendo el cine con tantos batman, supermans o hulks... y lo malo de todo eso es que se pierde el espíritu original del personaje, dejando de ser héroe para ser "humano", con todo lo que eso conlleva... y una vez que algo es común y corriente, para mí al menos deja de ser "super...."
Totalmente de acuerdo con Paky, aunque también debo reconocer que, en algunos,los años pasan factura, y para que sigan pareciendo "superhéroes" hay que darles una capita de pintura(que en ocasiones viene a ser un cambio de actor directamente).
Los súper héroes actuales, como han comentado los demás, han perdido totalmente su esencia. Y, sincéramente, toda esa humanización que sufren, incluídas sus momentaneas muertes o cambios de look, obedecen más a márketing de empresa que a la propia evolución del personaje.
Peter Parker era mucho más humano antes, en sus comienzos, que ahora, pongo por ejemplo. O Steve Rogers o, incluso, Clark Kent.
Héroes ha habido siempre, pero un súper heroe tiene otras características. Y tiene algo fundamental que lo diferencia del súper villano. Y es que usa sus poderes para ayudar a los demás, no en beneficio propio. Y todas esas dudas y problemas humanos, ya los tenían antes.
Un saludo.