Antisocial

Parece que ciertas cosas tienen su tiempo, y una vez pasado este son imposibles o al menos realmente difíciles. Cuando se llega a cierta edad es natural encontrarnos con un muro social, sobre todo en estos tiempos que corren, en el que un treintañero debe de estar casado, con hijos, bajar al bar y ver el fútbol junto a una cerveza. Buscar amistades con esa edad es norma de antisociales, frikis o gente rara, buscarla en el sexo opuesto sin embargo es lo que socialmente parece correcto, o en el mismo si los fines de amistad son sexuales activo-pasivos. Cierto es que ciertas cosas no deben buscarse, pero todos tenemos ciertas inquietudes que deseamos transmitir, por eso somos seres sociales, y por ende ansiosos de comunicación recíproca con otros.
Resulta curioso como las nuevas tecnologías son otra barrera mas a franquear, en ellas solo hay cabida para la amistad de índole “algo más”, desechando cualquier alternativa a encontrar algo sano y “normal”. Cuando se tiene pareja, se es hetero, y se tienen las cosas claras, podemos encontrar barreras del tipo; “si tienes pareja para que buscas amistad”, síntoma claro de que hoy en día la mentalidad de isla va en aumento, tan solo queremos ser países de dos con fronteras muy cortas. Tan cortas como nuestro propio entendimiento sobre lo que debería ser vivir en sociedad. Afortunadamente existen bares donde socializarte con el camarero o camarera sin sobrepasar el mero hecho de comunicarte. Nuestro mundo rota pareciendo tener siempre algo escondido en la manga, de hecho la desconfianza hacia cualquier persona con la que topemos y nos salude educadamente parece ser algo tan extraño como que alguien al entrar nos de los buenos días. Rarezas de un mundo en globalización donde prima por encima de todo la exclusión a aquello que no sea nuestro círculo inmediato. En cierta forma hemos creado cada uno nuestra propia religión donde solo los elegidos pueden entrar, mal lugar para un profeta una tierra donde cada habitante es un líder. Vidas simples y riesgo cero es el nuevo dogma, y crucifiquemos a cualquiera que intente hablar del mito de Platón.
Cada cosa en su sitio, según lo establecido, conjuntos donde A debe de estar relacionado con A y donde B deba estar con B, no mezclemos las letras, aunque si los colores, afortunadamente.
Cada cosa en su sitio… salvo aquellos que no tengan sitio, a estos bastémosles con llamarles, antisociales.

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