
Tener recuerdos de niñez supone haber tenido el privilegio y la opción de ser niños, de haber tenido tiempo para soñar, para creer en los sueños y que ahora de adultos nos den fuerza para luchar por ellos.
No es un sentimiento que tenga a menudo, pero a veces siento tristeza por algunas personas que a día de hoy no sueñan, no creen ni tendrán nunca fuerzas para luchar por hacer realidad sus ilusiones, por que sencillamente han decidido o quizás no le hayan dado la opción de ser niños hoy.
Para algunos vivir es una sucesión de etapas en las que vamos aprendiendo, como dice el tópico, la universidad de la vida es la mejor escuela, y demasiada gente hace rabona (creo que se dice así, aunque yo siempre he dicho robona) y no quiere aprender lo más básico, cada cosa tiene su tiempo, como el buen puchero la madurez se cuece a fuego lento.
¿Dónde está el período de tiempo que transcurre entre la infancia y la adolescencia tardía en esta época?
Quizás, como Espinete, solo fuese un disfraz que alguien le puso al tiempo para tratar de mostrarnos algo…
Un disfraz del cual solo quedan hoy jirones en nuestra memoria.
Para los niños y jóvenes de hoy, no ha muerto Espinete, sencillamente no existe para ellos...
Ahora existen: Gorka, el "duque" o Rebeldes. ¿Son otros tiempos? Evidentemente sí, pero eso no justifica que se salte una etapa tan importante en la vida de una persona. A esos padres y madres que consideran esa responsabilidad como al juego al que jugaban de niños es a los que me dirijo, pues ellos sí tuvieron el privilegio de una buena infancia... ¡que no se la nieguen a sus hijos!